Veo mal de lejos y bien de cerca ¿Qué tengo?

Veo mal de lejos y bien de cerca ¿Qué tengo?

Si últimamente has estado pensando “veo mal de lejos y bien de cerca”, es posible que estés experimentando un problema visual común que puede tener varias causas. Esta condición, que suele presentarse de forma gradual, puede afectar tu calidad de vida, ya que dificulta actividades cotidianas como conducir, reconocer rostros a distancia o leer señales en la calle. 

Conoce más sobre: Miopía con astigmatismo: Qué es, síntomas y cómo las puedes tratar

Sin embargo, la buena noticia es que existen soluciones eficaces que van desde gafas correctivas hasta tratamientos más avanzados como la cirugía refractiva. En este artículo, te contamos las posibles razones de esta situación, cómo identificarla y cuáles son las opciones para corregirla.

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¿Por qué puedo ver bien de cerca pero mal de lejos?

La visión es un proceso complejo que depende de la forma y salud de varias estructuras del ojo, especialmente la córnea, el cristalino y la retina. Cuando puedes ver bien de cerca pero los objetos lejanos se ven borrosos, lo más probable es que se trate de miopía, aunque también puede estar relacionado con otros factores.

Te dejamos: ¿Qué es ojo seco? Te contamos los síntomas y tratamientos más efectivos

Causas más comunes:

  1. Miopía: Es el error refractivo más habitual en estos casos. Se produce cuando el globo ocular es más largo de lo normal o la córnea tiene demasiada curvatura. Esto provoca que la luz se enfoque delante de la retina en lugar de sobre ella.

  2. Espasmo acomodativo: Es menos frecuente, pero puede ocurrir en personas que fuerzan mucho la vista de cerca, por ejemplo, estudiantes o personas que trabajan largas horas frente a pantallas.

  3. Problemas en la córnea o el cristalino: Alteraciones en la forma o transparencia de estas estructuras también pueden afectar la visión lejana.

  4. Otras condiciones médicas: En casos raros, enfermedades oculares o sistémicas pueden interferir con el enfoque a distancia.

Síntomas que suelen acompañar esta condición

Cuando una persona dice “veo mal de lejos y bien de cerca”, normalmente presenta uno o varios de los siguientes síntomas:

  • Visión borrosa a distancia: Especialmente al mirar objetos lejanos en ambientes con poca luz.
  • Fatiga visual: Dolor de cabeza o cansancio ocular tras forzar la vista.
  • Entrecerrar los ojos: Un reflejo involuntario para intentar enfocar mejor.
  • Dificultad para conducir de noche: Luces difusas o halos alrededor de faros y señales.

Descubre: ¿Por qué siento fatiga visual de manera recurrente?

Cómo se diagnostica

El diagnóstico de esta condición es rápido y sencillo si se realiza una visita a un optómetra u oftalmólogo. Los pasos más comunes incluyen:

 

  1. Examen de agudeza visual: Usando tablas con letras o símbolos para medir la nitidez de tu visión a diferentes distancias.
  2. Refracción: Prueba con lentes de diferentes graduaciones para determinar el tipo y grado de error refractivo.
  3. Exploración ocular completa: Revisión de córnea, cristalino, retina y nervio óptico para descartar otras patologías.
  4. Topografía corneal: En algunos casos, se analiza la forma de la córnea para descartar deformaciones.

Opciones de tratamiento

La elección del tratamiento depende del grado de afectación, la edad del paciente, su estilo de vida y sus expectativas.

1. Gafas correctivas
Son la solución más común y accesible. Se usan lentes divergentes para que la luz se enfoque correctamente sobre la retina. Pueden ser de uso constante o solo para actividades que requieren visión a distancia.

2. Lentes de contacto
 Ofrecen un campo visual más amplio que las gafas y son ideales para personas activas. Existen opciones diarias, mensuales, rígidas o blandas.

3. Cirugía refractiva
 Procedimientos como LASIK, PRK o SMILE remodelan la córnea para corregir la miopía de forma permanente. Son recomendables para personas con graduación estable y buena salud ocular.

4. Ortoqueratología
 Uso nocturno de lentes de contacto especiales que moldean la córnea temporalmente para permitir visión clara durante el día sin gafas ni lentes.

Conoce más sobre: Así es el tratamiento del ojo seco, te dejamos el paso a paso

Consejos para cuidar tu visión

Aunque la miopía y otros problemas refractivos pueden tener un componente genético, algunos hábitos ayudan a frenar su progresión o a cuidar la salud ocular en general:

  • Descansar la vista: Seguir la regla 20-20-20 (cada 20 minutos, mirar un objeto a 20 pies de distancia por 20 segundos).
  • Evitar la sobreexposición a pantallas: Reducir el tiempo frente a dispositivos o ajustar el brillo y contraste.
  • Usar buena iluminación: Especialmente al leer o trabajar.
  • Protegerse del sol: Usar gafas con filtro UV para evitar daños en retina y cristalino.
  • Realizar controles visuales anuales: Detectar a tiempo cualquier cambio.

¿Cuándo acudir al especialista?

Si notas que tu visión lejana se deteriora de forma repentina o acompañada de otros síntomas como destellos, moscas volantes o pérdida de visión lateral, es importante acudir de inmediato a un oftalmólogo. Estos pueden ser signos de condiciones más graves como desprendimiento de retina o glaucoma.

Para casos progresivos y sin síntomas alarmantes, es recomendable no posponer la cita, ya que la corrección temprana mejora la calidad de vida y previene la fatiga ocular.

Vivir con visión corregida

Muchas personas que decían “veo mal de lejos y bien de cerca” han recuperado una visión clara con soluciones personalizadas. Ya sea con gafas, lentes de contacto o cirugía, lo importante es que la corrección visual te permita disfrutar plenamente de tus actividades diarias sin limitaciones.
Además, corregir la visión no solo tiene beneficios prácticos, sino también emocionales: aumenta la seguridad al conducir, mejora el rendimiento académico o laboral y reduce el estrés visual.

Si te has identificado con la frase “veo mal de lejos y bien de cerca”, es momento de actuar y consultar con un especialista en salud visual. Este tipo de problema, generalmente asociado a la miopía, tiene soluciones eficaces y seguras que pueden adaptarse a tu estilo de vida. No ignores las señales que te envía tu vista: con un diagnóstico adecuado y el tratamiento correcto, puedes recuperar la nitidez. 

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