Los párpados cumplen un papel esencial en la protección de tus ojos, pero cuando se inflaman, pueden provocar molestias y afectar tu visión. Una de las condiciones más frecuentes es la blefaritis, una inflamación crónica del borde de los párpados. En este artículo conocerás los principales tipos de blefaritis, cuáles son sus síntomas, qué la causa y los tratamientos más adecuados para controlarla.
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¿Qué es la blefaritis?
La blefaritis es una inflamación del borde de los párpados que suele estar asociada con la proliferación de bacterias, problemas en las glándulas sebáceas o condiciones dermatológicas. Puede ser crónica, lo que significa que tiende a reaparecer, y aunque no compromete de forma grave la visión, sí genera incomodidad y afecta la calidad de vida.
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Tipos de blefaritis

Existen diferentes clasificaciones de la blefaritis, según la zona afectada o su origen:
- Blefaritis anterior: afecta la parte externa del párpado, donde nacen las pestañas. Suele estar relacionada con bacterias o con problemas dermatológicos como la dermatitis seborreica.
- Blefaritis posterior: compromete las glándulas de Meibomio, responsables de producir la capa lipídica de la lágrima. Cuando estas se obstruyen o alteran, aparece la inflamación.
- Blefaritis mixta: combina características de la anterior y la posterior, siendo más compleja de tratar.
Síntomas frecuentes de la blefaritis

La blefaritis puede manifestarse con distintos signos y molestias, entre ellos:
- Ojos rojos e irritados.
- Párpados inflamados y sensibles.
- Sensación de arenilla en los ojos.
- Costras en las pestañas, especialmente al despertar.
- Lagrimeo excesivo o sequedad ocular.
- Picazón y ardor persistente.
Estos síntomas pueden ser leves o intensos, y en muchos casos tienden a empeorar en las mañanas.
Causas y factores de riesgo
La blefaritis no tiene una única causa, sino que suele relacionarse con diversos factores:
- Presencia de bacterias en el borde de los párpados.
- Disfunción de las glándulas de Meibomio.
- Piel grasa o problemas cutáneos como dermatitis o rosácea.
- Uso de maquillaje en exceso o higiene ocular deficiente.
- Otras enfermedades oculares asociadas, como el ojo seco.
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Tratamientos para la blefaritis

Aunque no existe una cura definitiva para la blefaritis, sí hay medidas que permiten controlarla y disminuir los síntomas:
- Higiene palpebral:limpieza regular de los párpados con compresas tibias y toallitas especiales.
- Masajes en los párpados: ayudan a desbloquear las glándulas de Meibomio.
- Lágrimas artificiales: alivian la sequedad ocular.
- Antibióticos tópicos u orales: cuando la inflamación está asociada a bacterias.
- Tratamientos dermatológicos: en casos vinculados con problemas de la piel.
Un oftalmólogo puede indicar el tratamiento más adecuado según el tipo de blefaritis y la intensidad de los síntomas.
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Conclusión
La blefaritis es una inflamación frecuente de los párpados que puede afectar a cualquier persona y presentarse en diferentes formas. Identificar los tipos de blefaritis, reconocer sus síntomas y mantener una higiene ocular adecuada son pasos esenciales para reducir las molestias y evitar complicaciones. Si notas enrojecimiento, costras en las pestañas o incomodidad ocular recurrente, no dudes en acudir a un especialista para recibir el tratamiento que mejor se adapte a tus necesidades.

