Los tumores oculares son menos comunes que otros tipos de cáncer pero tienen un impacto significativo en la salud visual y general del paciente. En este texto exploraremos las causas, los síntomas y los tratamientos disponibles para hacer frente a esta afección.
Son lesiones benignas o malignas que alteran los tejidos del ojo, de hecho pueden en los párpados, el ojo y en la órbita.
En algún momento de la vida, es posible que se desarrolle un tumor ocular en cualquiera de los tejidos del ojo. Aunque la mayoría de estos tumores surgen en individuos sin historial familiar de la condición, también se sugiere que podría existir un factor hereditario involucrado. En ocasiones particulares, el tumor ocular puede derivar de otro tipo de cáncer que se ha diseminado a través de metástasis hacia el ojo.
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Primero es importante tener en cuenta que el diagnóstico temprano de un tumor ocular es crucial para conservar la salud visual del paciente y así acceder a un tratamiento más efectivo.
Los síntomas pueden variar en función de la localización del tumor, sin embargo, es frecuente presentar algunos síntomas como disminución de la visión, visión borrosa, sangrado, aparición de manchas oscuras en el campo visual, inflamación ocular sin motivo aparente y por un periodo prolongado, cambio del tamaño o forma del ojo.
Una de las principales causas puede ser la exposición prolongada a los rayos ultravioleta sin protección, esto puede alterar y dañar las células oculares lo que da lugar a cambios cancerosos.
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Los tratamientos para los tumores oculares varían según el tipo, el tamaño, la ubicación y la etapa del tumor.
Los tumores benignos, generalmente son manejados mediante seguimientos regulares y estudios de imagen periódicos, a menos que causen disminución de la visión u otros trastornos que afecten el ojo, en cuyo caso, el enfoque terapéutico sería la extracción quirúrgica de dichos tumores.
En el caso de los tumores malignos o cancerosos, suele ser necesario eliminarlos por completo. La operación de estos tumores es delicada y se realiza mediante incisiones diminutas en la piel del párpado, solo en raras ocasiones el tratamiento resulta en la eliminación total del globo ocular y de las estructuras en la órbita. (Se extirpan no solo el ojo afectado por una enfermedad, como un tumor maligno avanzado, sino también todos los tejidos y estructuras circundantes en la cavidad orbital).
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